Deletreado

Tu amor me ha venido oxidando los insomnios, procurándome uno que otro sueño malgastado. Me he quedado con las pupilas somnolientas y el intento convenido de no volver a aparecer por tu ventana. Me he cosido párpados y labios, por si se escapa un hálito de ternura inquieta. Y aun con todo, me has llenado de colores acuosos las ausencias que quedaron desde ese día en que olvidaste, y ya no supe si era junio o noviembre, y si mis manos volaban o tus pasos me obligaban el naufragio. Me descascaraste cuanta ilusión pudo haber permanecido ilesa, y las paredes de mi invierno no quisieron contener tu aroma. Clausuramos los caminos, y algo se quemó a tientas sin pretéritos, ni presentes, ni condicionales futuros.Sólo algo quedó inextinto, sólo algo se salvó cómplice de los finales dolidos. Tus brazos. Los mismos que me contuvieran deseos y disculpas, monosílabos difusos de tanto beso amargo. Y pareciera que pidieron quedarse inscritos en mis ventanales, y pidieron tregua sin batalla cumplida. Y corrieron y aliviaron, y quién sabe si salvaron o no, la fuga de mis primaveras marchitas. Te he dicho que las palabras me cosieron la lengua, y ya no sé si canto o emito silbidos pacientes. ¿Qué dicen tus cicatrices?. Las mías, ya ves, se llenaron de colores valientes.

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