—De azúcar
Le gusta soñar con príncipes encantados y cuentos de hadas.
Creerse princesa, (siendo la reina).
—Cierra los ojos, evade realidades.
Se observa frente al espejo, se inquieta. Junto al vago reflejo encandilante del parabrisas, se mira a sí misma sin máscaras ni caretas. Es frágil, delicada y risueña en voz baja...

Siendo de día... se despierta, se quita las legañas y se mete a la ducha... se viste de luchadora y se maquilla la sonrisa como quién fuese fuerte, fría y sin ilusiones rotas; frente al mundo, repele las ideas de príncipes encantados salvando princesas, le repugna el temor sobre dragones atacando a cualquier ingrata encerrada en una torre, le asquea la simple idea de que algún día las cosas con las que sueña se le sitúen frente a su realidad.
Hay quien la llama de mil formas, otros le dan la razón desde su experiencia... ella sin embargo, se retoca las arrugas... pues no necesita la aprobación de nadie.
Sabe que así es feliz, aunque sigue siendo extraña ante cualquier damisela de la ciudad pues
jamás ha podido -ni quiere- evitar
ser princesa al cerrar los ojos...

Creerse princesa, (siendo la reina).
—Cierra los ojos, evade realidades.
Se observa frente al espejo, se inquieta. Junto al vago reflejo encandilante del parabrisas, se mira a sí misma sin máscaras ni caretas. Es frágil, delicada y risueña en voz baja...
Siendo de día... se despierta, se quita las legañas y se mete a la ducha... se viste de luchadora y se maquilla la sonrisa como quién fuese fuerte, fría y sin ilusiones rotas; frente al mundo, repele las ideas de príncipes encantados salvando princesas, le repugna el temor sobre dragones atacando a cualquier ingrata encerrada en una torre, le asquea la simple idea de que algún día las cosas con las que sueña se le sitúen frente a su realidad.
Hay quien la llama de mil formas, otros le dan la razón desde su experiencia... ella sin embargo, se retoca las arrugas... pues no necesita la aprobación de nadie.
Sabe que así es feliz, aunque sigue siendo extraña ante cualquier damisela de la ciudad pues
jamás ha podido -ni quiere- evitar
ser princesa al cerrar los ojos...
::Puedo decirte qué
bastó un cruce de miradas
para que las ansias de un abrazo tuyo
sean totalmente inevitables.
bastó un cruce de miradas
para que las ansias de un abrazo tuyo
sean totalmente inevitables.
Comentarios
amo tus letras, gracias por siempre arrancarme una sonrisa del rostro, me has recordado muchas cosas..
saludos Roo.. :D
Muás :)
=)
miau
grande
de
coco,
bonita
Besos.
Real... que es lo q mas me gusta... podes ser reina... pero aprovecha... podes ser la mejor princesa... cool!
me encantan tus letras.. me calman.
jajaja
oye, pues estamos planeando ir al antro el 24 por aquello de festejar mi cumple precisamente porq entre semana esta cruel.
así que ojala puedas acompañarnos, estaría genialisimo. después te decimos bien que show.
ah! y presente de Uro ;)
Besos