
Adiós,
a lo que ya sentía cerca, a lo que ya sentía humano, a lo que ya le entregaba mi vida, a lo que le daba mis sueños, a lo que jugaba mi suerte. Adiós a quien sin llevar dentro sentía ya en el alma, a cada respiro después de saber que existía...
Aprendo ahora a ser más humana, más persona, más hermana.
El entender, se torna comprensible. Y mejor, se decide del "hubiera" no hablar.
[...]
Después de tantas copas, tantas y tantas cosas, se habló desde la discusión por unos tacos, un dejarnos de hablar, unos tenis y hasta de mi popularidad y el declive por andar con un nerd (jaja).
Sin querer lo dije, pero siento que esa noche la necesitabamos todos.

Siempre por ti voy a vender hasta mis órganos si es que fuese necesario.
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echele ganas Dra. Rocio