¿Qué hay de malo en seguir los sueños?


Y descubro entonces que después de una mezcla de conocernos y unas exóticas confesiones, después de un sueño medio vacío perpetuando, y una respuesta inerte entiendo que me confundiste con la soledad y a mi, a mi ahora se me han quedado las palabras atrapadas en el silencio. Los ascensores dejaron de funcionar, los colectivos no se paraban, el camino se alargaba y la luna se queda en cuarto creciente para los días siguientes.
Escuché las canciones que bien digo son de las más tristes de mi soundtrack, pero qué crees? Ninguna hablaba de ti, era mi voz al fondo, pero no me sentía protagonista, hubiera querido sentirlas, otra vez.
Te escribí, en el espejo del baño, en las paredes del pasillo, en el vidrio de mi ventana.
Y me convertí en todo aquello que nunca fuimos. Un escaparate en un viernes social, un abrazo bajo la lluvia, un encuentro de plaza, una caja de galletas vacía y tu inagotable sonrisa del día. Ya no tomo café por las mañanas. Se te acabaron las ganas de desayunarme y me imaginaste salada, y todo ya no es lo que era. Y parece que nos desconocemos...

¡¿¡Qué carajos pasa!?!
Porqué ahora pareces no escucharme...


Muchas veces, quieras o no, duela o no, te mate o no, tienes que decidir. No siempre todo es blanco o negro. También puede haber gris. Pero hay que decidir. Yo lo he hecho y... lo peor aún está por llegar. Pero sé que si he aguantado durante mi vida muchísima mierda, puedo seguir aguantando un poco más con lo que quede por venir. No te confundas, mi decisión tu la sabes:
i, <3 te quiero.






No.
Lo nuestro no es una Historia de amor como otra cualquiera...
encuéntrame.

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