Para mi ahora personaje favorito...



Hace tiempo nos dedicábamos a contar pasos. A sumar horas. A regalar sonrisas.

Se nos olvidaban el resto de silencios. Y solo había motivos para aprender a sentir.

Otra vez. De nuevo. Como si todo lo anterior nunca hubiera existido. La distancia no fue una mentira. Pero era la única verdad que nos ataba a la vida.
Éramos. Así de simple.
Así de difícil. Fuimos. (Somos)


Como magia sobrevuelo tu tejado cada noche a las once (ya cuando te encuentras solo) y cada mañana a las 9 desde una pizarra llena de teorías que no supe descifrar, pero que con sólo cerrar los ojos trato de que tu desayuno no sea tan incomible.


...Sobre el protagonismo?, caraaay!

Tu sabes que la inspiración sigue, pero es notorio que escribía mucho más cuando tu olor a sal se agarraba a mi bufanda. (si ya sé, me imaginaba tu olor a sal, es más nisiquiera traigo bufanda)

No había miedo. Estabas.
Y vivías a mi lado aunque no pudiera verte.

Sobrevivimos ante los ataques de histeria, de orgullo y de miedo.
Sobrevivimos, desde mucho más lejos que de costumbre.


Fui un mensaje escrito que hoy no aparece en la bandeja de entrada.
Y hubo una especie de eco, mudo.
De esos que solo sirven para llorar y todo se llenó de silencio. Como antes. Como cuando no estabas. Y volví a revivir el significado de los vuelcos al corazón.

¿sabes?
La vida nos ha cambiado. Se olvidó de esperarnos.

Pero a mi solo me apetece decirte que tengo una canción en mi lengua esperando.
Porque las promesas se hacen para cumplirlas.
Que no se te olvide.
Y puestos a pedir, no me olvides.


[ Me pongo los zapatos y me llevas... volando!]

Comentarios

Entradas populares