Como un paisaje lunar

Y entre tanto
justo en la despedida
surge un beso inesperado
talvez en mi mente planeado

-Contigo nunca me pude resistir
[...] Y sí te como?

-Hazlo entonces,
pero qué sea un sábado!!

ella es menor, él es normal
y lo que están haciendo es un pecado mortal.



Ni la euforia ya desdibujada de mis venas, ni la suma de todas las pequeñas convicciones corporales que forman nuestro sentido de la realidad podían ser prueba suficiente de que un encuentro había sucedido, de que una puerta por fin se había abierto por donde yo pudiera ingresar al mundo en el que las cosas pasan, no se sueñan.


~ y espero que puedas abrigar mi alma, en el invierno que se asoma ~

estoy esperando porque sé esperar, estoy viendo hasta dónde llegás...
pero viendo nada más.




el fuera de juego era evidente
y en la frente me escribí tu nombre,
por primera vez
(y todo lo demás también).

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