diciembre te ha de pertenecer

Hablo de lo nuestro. Del tiempo aquél, y de éste. De la distancia.
Dices que el viento en mi pelo siempre va en la misma dirección. Me sonrojo. Sonríes. Anoche dibuje tu nombre, en el cielo que nos perteneció en nuestra primera noche juntos. Se me ponían rojitas las orejas (aún) sin que me hubieras besado. Y me gritas desde la ventana sabiendo que te escucho, porque estamos juntos mirando la luna. Cuento los días, los que pasan y los que quedan. Y me llamas para decir que has aprendido a nadar dentro de un vaso de agua y yo te digo que te prefiero de desayuno, mañana. Te dibujo con palabras en tinta roja. Me leerás antes de dormir y yo encontraré tus huellas antes de perderme entre las notas de cada día. Dormiremos la siesta y te perderás entre mis paréntesis para olvidarte de cualquier domingo sin abrazos. Serás una canción en mi espalda. Mis dedos en tu pelo. Sucediendo, como suceden todas las cosas, sin más. Nada era premeditado. Casualmente nos habíamos dado cuenta que eramos dos personas comunes, que se adentraban en la música y en sueños reales de la vida ficticia. Yo era una estúpida a la que le gustaba caminar agarrada de su mano, a él le gustaba hacerme sentir bien. Y cuando yacíamos paralelos en esa cama. Tu boca abajo y yo recorriendo tu espalda desnuda con el índice. Te miré despacito, nunca me quise perder de ti ni un detalle. Te bese, y no sé si te lo dije o sólo pensé -eres perfecto-.
Te volteaste para recorrer mi pecho con tus labios, adentrandote en mi alma, rebuscando en mis entrañas, encontrando un tesoro que ruge desde entonces como la más fiera de las sensaciones.
El miedo siempre fue convertido en silencio.
Y somos: una vida que amanece al otro lado del mapa.




Esto sólo es tuyo.
¿Te acuerdas cuando nos deteníamos a amarnos?
...

Tuya
dentro de mi mundo y mis matices
dentro del tiempo olvidado
dentro de todo aquello que no nos atrevemos a ser.

ya no se cuando es un juego

y cuando es verdad.

...

Dime que me quieres.

Dímelo porque yo jamás me atreveré a decírtelo primero.