Lo bueno vuelve.

Pierdo el equilibrio si pienso en todo lo demás. Tu has decidido buscarme y ahora yo no puedo sacarte de mi mente; hay calles que sólo saben hablar de nosotros.
No me quedan silencios y los semáforos han acabado por encender todas las luces.
Verde. Amarillo. Rojo.
Parpadean los relojes y las manos; parpadean las mismas palabras, esas que nunca quieren callarse. Me pierdo hasta que dan las cinco y se asoma el día bajo mis pestañas para decir: ¡Buenos días!.
Hace tiempo que las cosas habían dejado de funcionar, que la montaña rusa de mi estómago estaba fuera de servício y que ni yo misma me quería entender. Noviembre no tiene la culpa, pero no dudo que diciembre vaya a solucionar mis fallos de cálculo. Creo que lo mejor es dejar correr las cosas.
Queriendo té.
Y que mis 765 latidos por minuto dejen sordos a los ciegos, echaba de menos nuestras horas, minutos, segundos, milésimas de segundo, escalones, vueltas de la esquina, balcones, ventanas, pies, fotografías, cenas, prisas, autobuses...
Nunca había pedido algo que se cumpliera tan rápido
nunca nada se me había cumplido,
así que aprovecho.




Me podría robar una frase de Septiembre,
pero no hace falta...

( y es que los domingos sólo tu sabes darme cuerda. )


Se me acabó NOVIEMBRE.
Me espera Diciembre, con ganas de romper el hielo.




Dame la mano. Nos vamos lejos. ¿Qué prefieres? ¿Negro o blanco? Siempre diremos blanco, que de negro ya tuvimos demasiado, ¿cierto? Pues nos vamos, juntos. Y a inventar un mundo, o dos, o tres, o quince mil. Aunque habrá una característica común en cada uno de ellos, los cimientos serán sonrisas y lágrimas de risas. Sobretodo esas de cuando nos brillan los ojos y estamos ENORMEMENTE cursis. Y te haré cosquillas hasta desmayarte y saldremos volando hasta las nubes, que nos estarán esperando. Y viajaremos de vacaciones en verano, Jamaica será nuestra; porque en invierno me enseñaras a esquiar y nos pegaremos al colchón por las noches.
Porque tatuadas llevo tus huellas digitales en mi cuerpo. Qué se extingan las mentiras y qué exista la brujería, poco me importa; yo me empaparía de ti y porque ya dependo de ti cada segundo de mi vida, talvez por eso me cuesta tanto dormir sola.
Por nuestros sueños, que son promesas a ti, que son promesas a mi.
Por las tantas puestas de sol que nos esperan.
Porque has descubierto al fin que tu lado bueno es el izquierdo. El lado del corazón.
Te quiero
M-ugro-sit-o.





Conozco la respuesta a lo que te dije mientras estabas dormido...

Comentarios

Metrópolis dijo…
Tienes razón, la culpa no es de Noviembre...es del tiempo que nos desespera que pase tan despacio.
Unknown dijo…
...y cada vez que te leo, más me gustas...

Tu "mugrosito" debe estar feliz, y si no lo está necesita unos zarandeos...

...y que tus 765 latidos por minuto dejen sordos a los ciegos...

Besos.
PurpleBedroom dijo…
es la primera vez que me he pasado por este blog y me ha gustado bastante..te agrego a mi lista de blogs! un saludo!
saudade dijo…
Rompámonos con Diciembre...
:)
Iván S. dijo…
:O que cosas, ¡el mugrosito! jaja chales.
Manuel dijo…
El amor es una montaña rusa...

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